“Ortiz Monasterio conoce, […] todas las corrientes universales y, siguiendo sus propias orientaciones, ha logrado imprimir a su obra un carácter nacional y un sello absolutamente personal, cualidad ésta que le ha sido reconocida tanto en México como en el extranjero. Otra virtud que debemos hacer notar para el escultor […] es su dominio técnico; sabe hundir con vigor y paciencia su cincel, sabe el valor de los materiales pétreos y conoce, con disciplina y buena orientación, los trabajos de fundición. Más aún, su talento creador lo coloca como el escultor más original de México.”